Marta Sáinz
En algo se parece...
Tiene dudas. Después de lo ocurrido con el Padre Felix, no está muy seguro de lo que debe hacer. De momento, decide contestar: "sí, soy extranjero. Estoy buscando un buen sitio para comer, ¿podría ayudarme?" Ella sonrió. Parecía dispuesta a ayudarle.
"Conozco un restaurante buenísimo, ven conmigo, está aquí cerca", le dijo sin borrar su sonrisa de la boca. Y Narciso le siguió, aunque cauteloso.
¿Quién es?
¿A dónde irán? piensa. Cree que si sigue a alguna de esas personas encontrará el camino, o que por lo menos encontrará alguna respuesta. De pronto, un señor con un gran bigote se topa con él. "¿Está perdido?", le preguta amablemente. Narciso se asusta. Mira a los lados, pero es a él a quien le está hablando. "Ven conmigo", le dice. Narciso no sabe qué hacer. ¿Quién es ese hombre?
Al mediodía...
Lleva mucho tiempo caminando y está cansado. Será mediodía. Lo sabe por el sol, que cada vez es más intenso. Siente calor, mucho calor. También tiene sed. Pero no ve un lago cerca. Coge una de las manzanas que lleva en la cesta pero está caliente. Sabe que tiene que seguir caminando hasta encontrar la aldea. Allí podrá descansar y beber agua.
Se siente orgulloso de sí mismo por todo lo que está siendo capaz de hacer, pero en estos momentos se siente un poco decaído porque nunca le había faltado nada, y ahora está en un momento de debilidad: está cansado, tiene sed y mucho calor. Y no tiene agua para remediarlo. Pero sigue caminando. Sabe que lo podrá conseguir.
Otra vez solo
Narciso se encuentra desamparado de nuevo. Solo ante el bosque. Un sentimiento le invade el cuerpo, ¿será el miedo? Tiene todavía las palabras de Lilith rondando por su cabeza, atormentándole: "Tienes que aprender a valerte por ti solo". Narciso comienza a observar. Decide sentarse junto a un árbol y mirar a su alrededor: pájaros, sombras, insectos... La noche acecha y decide echarse a dormir. De pronto, un fuerte viento hace que despierte de golpe. Las sombras de los árboles cada vez se mueven más rápido. Quiere ayuda. No se siente preparado para seguir solo.
¿O sí?
De camino a ningún sitio
Ante él se abre un camino cuyo final no es visible. Empieza la marcha. Al principio todo le parece nuevo y excitante. Hay pájaros nuevos, cuyo piar es exótico, diferente de todo lo que él ha oído hasta entonces. También la flora es diferente.
Pero a medida que sigue y no llega a ningún sitio en particular Narciso empieza a aburrirse. ¿Dónde está todo lo que le habían prometido? Además, empieza a tener hambre. ¿Dónde están las hadas que siempre le proporcionan comida? Y pronto será de noche y necesitará que su ninfa favorita, Hewly toque su arpa para poder conciliar el sueño.